Diagnóstico de la migración de Centroamérica hacia los Estados Unidos
El artículo hace un breve diagnóstico de la migración de Centroamericanos hacia los Estados Unidos (EE.UU.).
El artículo hace un breve diagnóstico de la migración de Centroamericanos hacia los Estados Unidos (EE.UU.).
Con base en la información de las pirámides poblacionales de los países de El Salvador, Guatemala y Honduras se muestra que – si las condiciones socioeconómicas de la región se mantienen – el flujo migratorio crecerá en por lo menos durante los próximos 18 años. Además, los datos del Producto Interno Bruto per cápita sugieren que los bajos ingresos de la región incentivan a muchas personas a migrar hacia EE.UU., y dado que la crisis económica del Covid-19 ha empeorado la situación económica, no es de extrañar que en estos últimos meses la migración de Centroamericanos hacia EE.UU. se haya incrementado marcadamente. Al mismo tiempo, esta crisis sanitaria ha mostrado la necesidad de fortalecer las cadenas de producción y de suministros a nivel global. Por esta razón, un monto importante de inversión se canalizará en regiones estratégicas, lo cual abre una ventana de oportunidad para que Centroamérica y el sur de México capten esta inversión, lo cual generaría empleos bien remunerados que eventualmente disminuirían la necesidad de migrar. Para que estos países sean atractivos para la inversión se necesita construir obras de infraestructura. Por lo tanto, una de las primeras acciones que se deben tomar es planear y construir grandes obras de infraestructura en la región.
Se calcula que alrededor del 50% de la población que emigra hacia otros países realiza el viaje a la edad de 18-29 años; le siguen con un 25% los adultos de entre 30-44 años. La gráfica uno muestra las pirámides poblacionales de los países: Honduras, Guatemala y El Salvador. Los grupos de edad con una mayor probabilidad de migrar se marcan en color rojo. Es importante notar que las tres pirámides poblacionales tienen una base amplia, lo cual indica que el número de personas propensas a migrar se incrementará, al menos en los próximos 18 años.
La población total de El Salvador en 2019 era de 6,704,844 personas, de las cuales 3,321,267 están en el rango de mayor probabilidad de migrar (15-29, 2,002,595; 30-44, 1,318,672). Le sigue en tamaño la población de Honduras que en 2020 era de 9,904,608 personas, de las cuales 4,997,278 están en el rango de mayor probabilidad de migrar (15-29, 2,946,408; 30-44, 2,050,870). Por último, la población de Guatemala en 2019 era de 14,901,268 personas, de las cuales 7,112,801 tienen una alta probabilidad de migrar (15-29, 4,413,566; 30-44, 2,699,235).
En resumen, en la región existen 15,431,346 millones de personas en el rango de edad de migrar (7,943,299 mujeres y 7,488,047 Hombres). El país con una mayor población propensa a migrar es Guatemala (7,112,801), le sigue Honduras (4,997,278) y por ultimo está El Salvador (3,321,267). Además, en los próximos 18 años la región experimentará un aumento en el número de personas propensas a migar.
Una gran parte de la migración de Centro América hacia Estados Unidos se debe principalmente al bajo nivel de ingresos de estos países. Por décadas el crecimiento económico de esta región no ha sido suficiente para incrementar el nivel de vida de las personas que habitan esta parte del continente. Esto ha provocado que muchas personas migren a EE.UU. en busca de una mejor calidad de vida para ellos y sus familias. La gráfica dos muestra el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de El Salvador, Honduras y Guatemala. Los datos muestran que Honduras necesitó tres décadas (de 1990 a 2019) para incrementar 1,700 dólares su PIB per cápita. Durante este mismo periodo de tiempo, El Salvador y Guatemala incrementaron 3,000 dólares su PIB per cápita.
Resalta el hecho de que la recesión económica del COVID-19 provocó que el PIB per cápita de Honduras retrocediera el equivalente a 7 años, mientras que, en El Salvador y Guatemala, el retroceso equivale a 5 y 3 años respectivamente. La caída en el bienestar en la región coincide con el aumento en el número de detenciones de migrantes de estos países en la frontera EE.UU.-México. Estos datos sugieren que la pandemia está provocando que las personas tengan mayores presiones para migrar fuera de su país debido al deterioro del nivel de ingresos en sus países.
La gráfica tres muestra el número de detenciones de migrantes que viajaban solos y en unidades familiares (no incluye a menores de edad), en la frontera EE.UU.-México (durante el año fiscal 2021). Los datos sugieren que el número de detenciones por país es consistente con el tamaño de la población en edad de migrar y su PIB per cápita.
Por décadas el bajo crecimiento económico de esta región ha generado que una parte importante de la población se encuentre viviendo en situación de pobreza, lo cual aumenta la probabilidad de migrar. El crecimiento económico depende de la combinación de los factores productivos: trabajo, inversión, infraestructura, estado de derecho, y recursos naturales.
La situación actual de estas variables en la región es la siguiente:
Por lo tanto, los factores productivos que representan un serio problema para el crecimiento económico de la región son: el trabajo altamente calificado, estado de derecho, inversión e infraestructura.
El problema de la falta de trabajadores altamente calificados se puede resolver – en el corto plazo – mediante programas de adiestramiento de los trabajadores nativos y mediante la contratación de personal provenientes de otros países. En el largo plazo, los gobiernos deben invertir más en educación.
Por décadas, el área del Triángulo Norte de Centroamérica ha sufrido corrupción, inestabilidad social y una alta violencia. Por lo tanto, en el corto plazo difícilmente se podrá tener un Estado de Derecho que promueva la atracción de Inversión. Se sugiere avanzar (en el corto plazo) en las áreas que promuevan la inversión en la región mientras se trabaja (en el largo plazo) en resolver el problema del Estado de Derecho.
La crisis sanitaria del Covid-19 ha roto las cadenas de suministros y de producción, además de desacelerar la recuperación económica a nivel global. Para superar esta problemática se rediseñará la estructura global de producción, con el objetivo de que las cadenas de suministro y de producción sean más resistentes. Además, se buscará tener múltiples proveedores confiables de materias primas, productos intermedios y terminados. Esto implica que en los próximos años un monto importante de Inversión a nivel mundial se canalizará en regiones estratégicas. Por lo tanto, se abre una ventana de oportunidad para que Centroamérica y el sur de México atraigan una cantidad importante de esta inversión.
Para que un país sea atractivo para la inversión necesita tener fuentes confiables de energía, vías de comunicaciones modernas y conectividad a nivel global. Por lo tanto, la infraestructura requerida en la región es la siguiente:
Para financiar la construcción de esta infraestructura en la región se necesita que los gobiernos aumenten su recaudación fiscal. Por lo tanto, es necesario avanzar en los siguientes temas: fiscalización progresiva, eliminar privilegios fiscales, reducir la corrupción y mejorar la calidad del gasto público.
Además, para planear y coordinar la construcción de esta infraestructura se requiere la cooperación de los gobiernos. Por lo tanto, si la administración de Estados Unidos planea reducir la migración de estos países por medio del desarrollo económico de la región, entonces uno de los primeros pasos que se necesitan realizar es: acordar un plan de trabajo con los países de la región para la construcción de esta obra de infraestructura.
The Mexico Institute seeks to improve understanding, communication, and cooperation between Mexico and the United States by promoting original research, encouraging public discussion, and proposing policy options for enhancing the bilateral relationship. A binational Advisory Board, chaired by Luis Téllez and Earl Anthony Wayne, oversees the work of the Mexico Institute. Read more